Una persona simple se habría resistido a los juicios de sus vecinos sobre él y habría luchado río arriba en vano. Una persona común simplemente habría sido derrotada. Pero Elvis tenía el genio y de alguna manera la suficiente confianza en sí mismo para abrazar su papel designado por Dios, la vida o el destino, (o como quieran llamarlo) usar y aprovecharlo en su propio beneficio.
Además, entre sus cualidades, su talento; su carisma llego acompañado de su atractiva apariencia física. En aquella época algo que le diferenciaba del grupo de jóvenes de su edad residía en su peinado, sus patillas; la ropa con la que vestía mostraba su original identificación con el inframundo.
Al ser parte de una familia humilde y con limitaciones económicas. Existió en él algún tipo de enfado por su posición ante la sociedad,
Pero entonces, en lugar de canalizar esa ira en confrontación, en lugar de seguir siendo simplemente el resignado o conformista que inevitablemente obtendrá su venganza, Elvis dejó que ese enojo se transformara en un incentivo para lograr sus sueños.
Quería cuidar de su familia, quería el amor y la aceptación de su familia inmediata, de su gente, de su comunidad y tenía la conmovedora idea de que podía construir el bienestar para su familia y ampliar su dominio que también incluyera la sociedad más vulnerable.
Hoy día se cumplen 87 años de su nacimiento, Elvis nos dejo un enorme legado dentro de la música, su triunfo sobre la pobreza, su generosidad, su humildad.
Víctor Hugo Montalvo C.
01/08/2022
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